Un adiós a mi mismo.

Se sentó en la mesa del café Santiago, sintió el aroma, tomó un sorbo y luego dijo:


Otra vez, la culpa me espera,
Ahí nomas, en forma de ojos despiertos
Que conocen mi sordera,
En forma de abrazos me espera la culpa,
En forma de gritos desesperados de amor
Adentro de ojos que me ven desganado.
No la quiero sentir mas mía.
La quiero ajena, la quiero infantil
La quiero perdonar pero no la puedo
Aunque la sepa infantil, aunque la sepa ignorante
A mi culpa no la puedo perdonar
Porque se perdonar a todo
Menos a los pasos que yo mismo doy
Pisando los brotes, ignorando su vida
Vida que nunca tendría que haber ignorado
Que cantó, que observó, que reconoció
Que educó, que rimó, que sufrió
Todo este tiempo mi ignorancia de amor
Es tener en el pecho tan grande la bomba
Y sentir que te faltan las pinzas para desactivarla
Y preguntarse hasta que punto aguantar la explosión
Total, si explota, seguro es amor.
Y si estalla, y revienta, contagia?
Y cual es la promesa y el sueño a cumplir?
Y mil preguntas dentro de un cerebro tan vil
Tan dictador, tan opresor, tan razonador
Que hasta quiso razonar el amor
Y dejo libre elección de todo al corazón
En un sueño egoísta de un camino y un adiós
Un adiós a mí mismo.

Santiago.

1 comentario:

  1. Anónimo8:36

    A veces es necesario decir adiós para poder re encontrarse con uno mismo .. los cambios a veces son necesarios e indispensables. Brindo por el tuyo ;)

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