El tema.

Se sentó en la mesa del café Santiago, sintió el aroma, tomó un sorbo y luego dijo:

Hasta el propio problema desea encontrar su solución.
Al menos así resumo este cielo cuando lo miro hoy.
Esta comodidad no cicatriza la herida.
Está todo tiempo escondiendo la medicina.

Hábitos que le sirven a los cuervos que me vuelan
Levantan pasados nefastos que voy tirando al suelo
Y cuando los abandono me los refriegan en la jeta
Y cuando los desprecio por la espalda del sentimiento me los clavan.

Tengo los oídos del corazón aturdidos de dolor ajeno
Tiene los ojos ciegos, muda la boca y el tacto seco
Trata de despertarse y desde adentro yo le aconsejo
Que recuerde un idioma que no recuerdo pero sospecho

Soy un frasco lleno, en donde cae una gota triste
Y por el otro extremo, rebalsa una gota feliz.
La que cayó va a esperar su turno de rebalsar
Y la que rebalsa festeja estar volando para otro lugar.

Somos el problema que desesperado busca solución
Y sólo estando juntos vamos a curar a este corazón.
Aunque sean señales borrosas, yo las veo hoy.
Medio mapa cada uno tenemos de este laberinto.

Santiago.

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