Se sentó en la mesa del café 7d2, sintió el aroma, tomó un sorbo y luego dijo:
Me sorprende la similitud con la que se desarrollan las actividades del ajedrez y el diseñar un proyecto arquitectónico, siendo estas peculiarmente tan distantes.
Siempre es difícil empezar. No sabemos como ni por donde y necesitamos una referencia a la cual aferrarnos, que al inicio no existe; ergo el primer movimiento es el principio del caos. Un caos quizá funesto o quizás vitalizador, pero en ambos casos embriagador, que nos va consumiendo hasta el punto de hacernos olvidar de nuestra propia existencia.
Con la práctica y el ejercicio, vamos desarrollando nuestras propias técnicas, nos singularizamos por un modo particular de empezar que nos identifica, intuimos por donde debemos caminar para no complicarnos con nuestras propias ideas y a la vez tratamos de ser perspicaces, creativos e innovadores, pues con cada movimiento de pieza o cada trazo o visualización imaginativa descubrimos algo nuevo, es una reacción en cadena en la que pareciera no transcurrir el tiempo mismo. Y estas situaciones son totalmente posibles porque exigen el conocimiento tripartito de lo que tenemos frente a nosotros; el conocimiento preciso de hacia donde queremos llegar y por sobre todo, lo más importante, el conocimiento de nosotros mismos.
En estos juegos, intervienen etapas de ideas, crisis, espera, observación y meditación; pues en ese momento no existe otra cosa más que nuestros elementos con los cuales desarrollaremos nuestra estrategia para arribar al mejor punto posible o funesto que podamos tener.
Probablemente otra coincidencia cuantitativa sea resolver un problema, cual dicha solución es una búsqueda constante e inacabada donde recurrimos a lo empírico, a la intuición, a la analogía y a la creatividad. Hay que conocer la realidad, desarmarla, reordenarla en nuestra mente y hacerla finita, para dar respuesta a lo que se nos presenta en un tiempo determinado. Ambos ejercicios lógicos y abstractos, dependen y están ligados al tiempo; este mismo es un factor imprescindible, también enemigo puesto que por más relativo que sea, es constante a nuestra relatividad y nuestro sistema de razonamiento no lo es. Necesitamos de un tiempo determinado para poder desarrollar una idea, proyectar y especular sobre el futuro recurriendo a la imaginación.
También contamos con piezas o elementos de jerarquía con los cuales jugar, y para cada caso asignamos un grado de jerarquía distinto a cada pieza o espacio.
Ajedrez y diseño son primos hermanos, ambos invocan a la especulación, al raciocinio, a la creatividad y técnica propias, todas variables de estos ejercicios que apelan a la subjetividad para distinguirnos y hacernos humanos.
La arquitectura es un ajedrez de espacios, y el ajedrez una arquitectura de piezas...
7d2.
me gusta la pasion q sentis x lo q hacs!!!! eso esta copado t felicito!!!!
ResponderEliminarBruno.
La verdad muy buena reflexión, darle un lazo de unión al ajedrez y al diseño, nunca realmente lo ubiera imaginado, creo que caresco de su imaginación.-
ResponderEliminarPero recurriendo al delirio, tiene ud razón, hoy en día creo que el Diseño se ha volcado mas a este criterio que ud. reflexiona, por suerte, si vemos los diseños arquitectónicos de no hace mucho tiempo, estaríamos ante una verdadera jugada ajedrecista, "jaque mate del pastor", ya que aburria con la monotonía y repetición.-
Si, creo que voy a empezar a ver los ladrillos de otra manera de ahora en adelante.- jeje
Saludos.-