Arco iris (O Tus ojos).

Se sentó en la mesa del café Horacio Oliveira, sintió el aroma, tomó un sorbo y luego dijo:


Acaso los nocturnos caminos 
ilimitados (Que jamás osé 
circular), me tenían vedada alguna 
oportunidad no muy lejana.

Con cansancios determinados, con 

insomnios (No sé si justificados),
que perpetraban mi acidez.

Mi lengua estaba aguzada.
La misma interrumpía en el juego
que lograste perder por tu impaciencia.

Tus ojos mostraban avatares. La 

sonrisa enemiga pudo hacer más 
filosa mi espada.

Tus evocaciones intimidaban hasta 

al más cauto en la noche.

Mi ulterior oxímoron:
Tu péndulo silencioso y obscuro ha 

hecho caducar mi psicología.

Tus ojos formaban un arco iris,
clandestino por aquellas nubes 

exóticas. Conté solo unos cuantos 
colores, suficientes para la algarabía. *

(Puedo evocar una hermosa continuidad de palabras.
V. gr.: “Una ventana donde asoma tu rostro…”.
Resulta inviable e irrelevante para este caso.)


La incertidumbre no acapara mi 

mente. Tal vez mi tiempo no es el 
adecuado, tal vez todo debiera ser 
quietud.

La vorágine ha hecho todo mejor.
Me espera porfiar por cambiar las 

cosas de otra manera.

Tengo pocas cartas en la mano,
muchas impunidades que me 

motejan de incapaz, y de 
tantos adjetivos poéticos y denigrantes. 


* Puedo evocar una hermosa continuidad de palabras.
V. gr.: “Una ventana donde asoma tu rostro…”. Resulta inviable e irrelevante para este caso.

Horacio Oliveira.

1 comentario:

  1. Anónimo20:53

    .. "Tus ojos formaban un arco iris clandestino"..

    ¡Impecable!

    ResponderEliminar