Se sentó en la mesa del café Lola Sabin, sintió el aroma, tomó un sorbo y dijo:
Diez hermosas margaritas lucía su vestido. Diez hermosas margaritas y una mancha.
Había lavado, planchado, juntado la ropa sucia de su marido desparramada por toda la casa, antes de haber hecho las compras, cocinado, lavado, puesto la mesa y comido, sola.
Había repasado los muebles que por supuesto previamente había limpiado, justo después de ocuparse del jardín y raspar sus manos … había hecho tantas cosas, en tan poco tiempo, que no entendía por qué le dolían los zapatos. Por qué dolían sus zapatitos perfectamente lustrados. Siempre de punta en blanco.
Bueno, siempre menos hoy, hoy su vestido traía una mancha, y en el jardín ... asomaba un pozo, fresco.
Bueno, siempre menos hoy, hoy su vestido traía una mancha, y en el jardín ... asomaba un pozo, fresco.
Fresco y sin retorno.
Quizá lo mejor hubiese sido, que en vez de la pala, usara delantal.
Lola Sabin.
puse un comentario q no salio creo...en fin
ResponderEliminarme gusto, me gusto lo del pozo fresco, a ver si sale esta vez....saludos
A mi me paso lo mismo cuando te quise contestar!!
ResponderEliminarMuchas gracias cecilio!! gracias por seguir leyendo y dejando tu impresión ;)
Este fue algo distinto a lo que venía escribiendo, lo disfrute muchísimo ... lo leo y me da escalofríos jaja
Espero leerte pronto ;)
Exitos!!
Me gusto mucho!! Sutil y espectacular.
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