Rebeldes sin causa.

 Se sentó en la mesa del café Lola Sabin, sintió el aroma, tomó un sorbo y luego dijo:
 
Cuando el espacio limita
la intransigencia aborrece. Castiga;
intenta matar al, hermoso y delicado, animal.
Más poderoso aún en su fragilidad.
Despreocupada pero de puntillas
adormecida sale a hacer mella. Marcas de muerte.
Aturden y los oídos sangran.
Bandadas de hienas acarcajan la celeridad,
jaurías de golondrinas enloquecen en su pasividad,
jardines sembrados, clavos por parcelas,
regados por las hienas, las golondrinas,
los locos y los pseudo cuerdos que aún quedan en este lugar
sin espacio, sin razón. Más allá de la sinrazón.
En los floreros duermen doncellas color rosa y lavanda
conservan aun su belleza, todavía se deleitan en la calma.
Calma que no calma a las furias descompaginadas;
corrido el manchón, quedan manchas,
(donde no debería de haber nada).

No hay espacio para crecer, no hay lugar para ser.
Cuando el espacio limita salen mentes reducidas,
imaginaciones recortadas;

relucen los dientes de las hienas,
las golondrinas huyen despavoridas de tamaña abominación.
los seres se evaporan y los locos ya no oyen su canción.
Cuando el espacio se limita no pidas más,
quedate calladita, mordé las sabanas y recostate
en el jardín, de clavos, porque las flores ya no crecen
no hay con que regar, en el jardín de la envidia
ni envidias quedan ya. 


Sacate la campera que hace frío …
jugo con mi nueva imaginación. Acotada.
Rompo reglas dentro de un molde,
juego dominó, aplaudo guerras. 
Rompo reglas … a ya lo dije.


Rebeldía enlatada, personajes sin razón
haciendo histeria en la historia,
destruyendo en la construcción de su incapacidad. 

Lola Sabin.

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