Elecciones.

Se sentó en la mesa del café Lola Sabin, sintió el aroma y dijo:


"Se encontraba un hombre, mirando a la mujer que hacía que su mundo fuera suyo, que sus manos fueran suyas, que sus ideas fueran más grandes de lo que jamás habían sido … "

El hombre, sentado en la barra, acariciaba nostálgicamente enamorado, los ojos de una mujer. Una que lo amaba, a él, y a ella, siendo, con él.
Una mujer que se agrandaba, sin tener que resignar ninguna parte de su diminuta persona. Al lado de un hombre que a sus ojos era inmenso en sus pequeñez.

Se cruzaban miradas rasgadas en culpa, no era su hombre, ni ella su mujer.

Habían jurado amor eterno, habían hecho un contrato. Habían esclavizado sus almas, porque no conocían, no sabían lo que era el amor.
Nadie les había mostrado, antes de conocerse, que podían fundirse en otra persona y sentirla su hogar. No habían visto como dos podían ser uno, sin dejar de ser individualmente.

El matrimonio era una unión, promesas de vida. Era sacrificio, resignar para dar lugar al otro. Era cambiar la libertad por algo más, que correspondía una vez entrados en la madurez.
Era comprometer a alguien a ser por siempre una compañía, un apoyo, ... , era no estar solos nunca más.

Era lo que siempre vieron. Lo que todos dijeron.
Miradas tristes, resignadas, acostumbradas, tan necesarias en el amor.

El matrimonio era todo lo que ellos dos, juntos, no eran.

No podían romper el contrato, habían prometido su alma a alguien más. Un alguien que no tenía culpa alguna, por haber atado su alma a otro, que tampoco era culpable por no saber lo que el amor era, antes de firmar.

No podían alejarse, porque era perder la vida, era volver, a solo estar, a amoldarse para encajar, a emprender un viaje achicándose, hasta desaparecer.

Estaban en la barra, mirándose, mientras posaban sus ojos fijos sobre la misma botella de gin. Él tomaba una soda, mientras ella hundía en whisky su nariz.

Él dijo las palabras, que ella no quería oír, él dijo las malditas palabras, que no quería decir.

Ella respondió como pudo, desde el ardor de su piel.

Con los labios sellados por la falta de aire, arrimó un vaso de whisky, lentamente con su dedo, a la soda insulsa que estaba tomando. Empujándolo a una elección, una metáfora, que no podía esquivar.

Él no tomaba alcohol, estaba atado a un contrato, a una fuerte moral. Corrida de eje.

Él no la podía soltar.

Miró vacilante el vaso, y sin dudar en su decisión, se enfocó en el dedo que lo acercaba, y tomó. Tomó hasta la última gota de cada vaso.

Cada vez que llegaba a su casa, tras saludar a su víctima captora, corría tras la gota.

Cómo si cambiara de algo elegir entre la soda y el whisky, como si eso redimiera su fallida elección.


“Hola a todos, hace dos 2 años que no tomo una gota. Llevo 2 años sobrio …

…no la pude soltar, y me aferre al vaso equivocado. La única verdad es que era el dedo, lo que quería".

Lola Sabin.

5 comentarios:

  1. Que lindo.-

    Existen aún estas historias..??

    De amores no encontrados y locuras etílicas viciosas de si mismas, podria contarle muchas, de rechazar la carne solo por querer ser carne, y negarme a ser el "otro" sólo por no querer ser solamente el "otro", jamás voy a entender esa condición, eso de saberse un posible talvez en el destino cerrado por contratos ajenos, siempre me ha costado muchas noches de buscar respuestas mirando a travez del fondo de un vaso.-

    Saberme dueño de las noches de alguien y querer cambiar todo por reinar sus días.-

    Lindo relato...

    Me trae cientos recuerdos casi olvidados.-

    Saludos.-

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  2. Anónimo20:20

    q bien escrito t felicito!!!!

    Bruno.

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  3. antes de empezar y decir nada de este cuento aclaro: escapo de las historias de amor imposible como si fueran las peste. No me gustan, no me dicen nada nuevo o mejor dicho, pienso que no hay nada que se pueda decir.
    no es que este en contra del amor o del romanticismo tampoco.Es medio dificil de explicar con tres palabras esto.
    y bueno, este cuento creo que entra en esa categoria.
    esta bien escrito, claro y con muy lindas imagenes tambien y la ultima frase me deja una sensacion agradable. pero el tema, el tema no me termina de convencer.
    pero claro , ese ya es problema mio.

    saludos

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  4. pd: aunque yo tambien los escriba...
    :)

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  5. Anónimo4:42

    Gracias, un pasaje un aroma, un destello de musica sublime, que desplaza la atención y me hace sentir está vida.

    Juancqui

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